La república
"República" quiere decir el gobierno que se basa en la elección y consulta popular. El primer libro que enseña plenamente este principio es el Corán. Decir que el gobierno republicano es contrario al Corán, si se hace sin malas intenciones, demuestra una falta de conocimiento. Apoyar la república, pero rechazando ver su fuente de origen, es simplemente testarudez.
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El Profeta no pretendía asumir el rango de rey y sus cuatro sucesores políticos inmediatos siguieron su ejemplo. La monarquía apareció cuando el pueblo se distanció del espíritu islámico y esta desviación se convirtió en un vehículo para la opresión y el despotismo.
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Basándose en la verdadera libertad y justicia, una verdadera república es una forma de gobierno elevada y segura. Sin embargo, es también un sistema extremadamente delicado. Si no se considera debidamente este aspecto, el ateísmo y la anarquía aparecerán y crecerán en su corazón.
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Una verdadera república es una forma de gobierno establecida por de espíritus elevados y es la más apropiada para la honra de la humanidad. Los espíritus inmaduros y aquellos sin conocimientos de lo que conduce a la perfección humana la consideran un espejismo, un entramado temporal que no ofrece ningún refugio.
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La república puede ser la madre o la niñera de la libertad, pues nutre y cría generaciones que la aman. Es un gobierno de libertad, virtud y moralidad y no una pauta de libertad "relajada".
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La república provee de principios que nos elevan con valores edificantes. Más tarde nos deja solos con esa moralidad enaltecida antes adquirida y una conciencia alerta. Finalmente, reconociéndonos a nosotros mismos como seres humanos dotados de voluntad, siempre tenemos pensamientos buenos y virtuosos y seguimos altos valores humanos en nuestros hogares y trabajos.
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A medida que nuestro espíritu tiene un deseo intrínseco de libertad, rechaza todas las formas de dominio, reacciona a cualquier límite que se oponga a su libertad de pensamiento, de comportamiento y de expresión. Es por esta razón que aunque un gobierno republicano le permita a los individuos, por un lado, amplios derechos y libertades, por el otro debe educarlos como gente de moralidad, virtud elevada, pensamiento sano y voluntad fuerte.
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La república tiene la obligación de proteger la fe, los sentimientos y los pensamientos religiosos de sus ciudadanos. Si sus líderes no lo hacen, sino, al contrario, mantienen al pueblo en el desprecio, por sus sentimientos y pensamientos religiosos y calumnian su buena reputación, en realidad menosprecian la república y violan todo lo que ella representa.
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La república necesita gente que se identifique totalmente con sus principios. Su cuerpo de gobierno debe ser digno y sabio y sus obras deben ser imparciales y justas.
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