Aunque Azrail sea tan sólo uno, ¿cómo aprehende las almas de numerosas personas que fallecen en un mismo instante y en diferentes lugares?
Por los ángeles, dotados de la fuerza de desarraigar enérgicamente las cosas de sus bases, por todo lo dotado de la fuerza de extraer las cosas con suavidad y sutileza, por todo lo dotado de rapidez en el cumplimiento de sus funciones con facilidad y desenvoltura. (Sura An nazi’at 79:1-3)
Con esta pregunta, otra vez afrontamos un asunto que, si lo abordamos creando analogías humanas, nos engañará. Es una equivocación comparar un ángel con un ser humano, del mismo modo que lo es buscar la mente en el cerebro, o las emociones en el corazón, o el alma en el cuerpo, o —en el lenguaje filosófico— buscar el noúmeno en el fenómeno. Sería impropio contestar esta pregunta sin indicar primero que dicha equivocación en el pensamiento y la terminología empleada (probablemente) es lo que da pie a otras preguntas de este tipo.
Los ángeles, de acuerdo con su creación y esencia, con el reino en el cual existen y sus responsabilidades y deberes, son criaturas totalmente diferentes de las demás. Cualquier argumento o juicio emitido sin tomar en cuenta aquella diferencia resultará en una equivocación. Por lo tanto, hay que aproximarse a la naturaleza de los ángeles a través de considerar su creación y esencia diferentes, su reino de existencia, así como sus responsabilidades y deberes distintos.
La palabra Malak (ángel) en la lengua árabe está relacionada con la palabra malk que posee el significado de poder, o con mal’ak que significa mensajero. El punto compartido de referencia es el relativo a aquel más poderoso o al poder en sí o por otro lado al que, como mensajero, sostiene y lleva aquel poder: De este modo, un ángel significa, en su condición de mensajero, aquél que toma y transmite las órdenes divinas. Todos los ángeles creados por Dios están dotados con dichas cualidades notables. Para los ángeles encargados de transmitir el Mensaje Divino a los seres humanos, es necesario tener el más elevado rango y los atributos más superiores de entre todos los seres. Los ángeles son responsables de supervisar todo tipo de acontecimientos —como el nacimiento, la vida y la muerte, el transporte del Trono (arsh) y contemplar las Acciones Divinas maravillados, en suma admiración y alabanzas—. Todas las leyes denominadas naturales, desde la Ley de Atracción y Repulsión entre las masas hasta los principios que regulan los electrones que giran alrededor del núcleo atómico, poner en práctica dichas leyes, además de todos los cambios y las transformaciones, las composiciones y las descomposiciones, todos existen bajo la administración de los ángeles, los cuales están en el medio del poder y tienen la misión de ser mensajeros. Los ángeles están tan relacionados con las cosas y los acontecimientos que ni una sola gota de lluvia ni un trueno pueden ser concebidos sin ellos. Las leyes que rigen en el universo (shari’at al-fitriyya) son la manifestación del poder ilimitado del Creador, el Todopoderoso, el Soberano Absoluto, en los ángeles según sus habilidades y capacidades. Del mismo modo, todas las órdenes legislativos (tashri’i) de los atributos de kalam son transmitidos a los seres humanos a través de los ángeles. Ya que la humanidad es el foco de todas las manifestaciones majestuosas del Creador, la inspiración Divina y la revelación que vienen a la humanidad para guiarlos y regular sus acciones no son otra cosa más que las manifestaciones de Dios transmitidas a los ángeles. En este sentido, es una muestra de ignorancia y una equivocación en el pensamiento comparar los seres humanos con los seres angelicales que son un medio o mediadores entre Dios y Sus siervos, responsables de la supervisión o la administración de todos los acontecimientos desde los átomos hasta nebulosas dependientes del poder del Todopoderoso. Es un error de juicio considerar que las restricciones por las cuales la existencia humana está regida son también aplicables a los ángeles. Si los ángeles tuvieran una forma física del mismo modo que la de la especie humana y estuvieran sujetos a la decadencia y la descomposición, si envejecieran y fueran deteriorados por el tiempo, podríamos emplear los mismos criterios para ambos. Sin embargo, hay un sinfín de diferencias que hacen tal comparación imposible.
En cuanto a su creación y naturaleza, los ángeles son diferentes de la especie humana. Los poderes y las responsabilidades de los ángeles no dependen del espacio y el tiempo. La pureza, la luz (nur) y el esplendor de su esencia los hace más poderosos, influyentes, rápidos y activos. Ellos pueden reflejarse en muchas almas, ser vistos por muchos ojos, y manifestar su unicidad en formas plurales, en cualquier instante del tiempo o el espacio, aunque sean sólo uno. En un hadiz relatado por Aisha, el Profeta Muhammad dijo: «Los ángeles fueron creados de la luz (nur)».[4] Por eso, les fueron otorgados todos los atributos de la luz y los manifiestan de diferentes maneras.
Los objetos luminosos, como el Sol, aunque sean sólo uno, se reflejan y por lo tanto se ven en cada objeto transparente; pueden alcanzar y ser vistos por cada ojo. Del mismo modo, los ángeles, que son creados a partir de la luz, se pueden encontrar y ver reflejados en muchas almas; y pueden tratar con miles de éstas en un solo instante. Los ángeles, cuya esencia es latif (fina, sutil), se diferencian enormemente de las cosas como el Sol que tienen una forma material y por tanto, son pesadas y densas. Los ángeles pueden adoptar diferentes formas; también se pueden contemplar con formas diferentes en el mismo instante. Tamassul, el hecho de que las almas o los ángeles tomen formas visibles, es conocido desde hace mucho tiempo entre las personas de fe, y existen muchos ejemplos de ello. No es nada extraño escuchar hoy en día declaraciones de algunos «espíritus» individuales o seres «duales» que se hallan en un lugar separados y distantes de donde se encuentra el cuerpo y capaces de producir efectos materiales. Independientemente de la verdad de tales informes y alegatos, ellos indican que todos los seres delicados como almas, en comparación con seres físicos, son más competentes, rápidos y activos. Los ángeles son mucho más proporcionados, rápidos y activos que las almas, lo cual es otro indicio de que los ángeles obran más allá de los límites de la naturaleza física.
Como ya hemos señalado, el tamassul de las almas y los ángeles es un fenómeno que ha sido conocido y relatado durante mucho tiempo. En primer lugar, los Profetas y después los santos han narrado sus experiencias, y mucha gente corriente cercana a los mismos atestiguó tales acontecimientos. La aparición del arcángel Gabriel, con aspectos y personalidades diferentes, según los motivos y las misiones que le encomendaron —como por ejemplo ser un mensajero que comunicaba las Revelaciones o asimismo aparecer como un guerrero en las batallas—, son excelentes ejemplos del concepto de tamassul: Gabriel apareció en la forma de Dihya[5]; y otro ángel, cuyo nombre desconocemos, luchó hasta la puesta del sol en la vanguardia del Profeta como Musab ibn Umayr[6]; muchos ángeles participaron en la Batalla de Badr adoptando el aspecto de Zubayr ibn Awwam para fortalecer la moral de los musulmanes.[7]
Existen numerosos acontecimientos que indican que algunos santos están en contacto con los héroes del Mundo de lo Oculto, entre ellos se encuentran los Compañeros del Profeta. También, su aparición en los sueños de la gente corriente y los estados semejantes a caer en trance o éxtasis apoyan dicho argumento. Varios hombres y mujeres piadosos han declarado que, en sus sueños, algunas nobles almas en particular siempre se ponen en contacto con ellos, y les guían. Desde luego, habrá gente que referirá todas estas experiencias al «subconsciente» y de esa manera llegar a hacer el asunto incomprensible. ¡Qué ignorancia y arrogancia tan lamentable!
Recapitulando, como todos los seres se pueden ver reflejados en un espejo, los ángeles también se pueden contemplar en todo lo que puede ser un espejo para ellos, pero con una diferencia: los ángeles no son simplemente un cuadro o una imagen, como lo es una reflexión en el espejo, sino que son ellos mismos, con todos sus poderes y facultades. Como un haz de luz, los ángeles pueden encontrarse en diversos sitios al mismo tiempo y llevar a cabo su misión, la distancia del lugar o la cantidad de la gente no es relevante y no se pueden considerar un obstáculo. El Sol es único, pero se refleja, se percibe y sus efectos se sienten en todas partes y en cada objeto según las cualidades de éste. Del mismo modo, los ángeles, que fueron creados a partir de la luz, pueden insuflar la vida a los seres humanos, recuperar sus almas o llevar a cabo alguna de sus obligaciones en cualquier parte y momento.
Por supuesto, en realidad es Dios el que da y toma la vida. Azrail es sólo un medio y mensajero, encargado de supervisar, dar la vida y capturar las almas y elogiar al Todopoderoso en Sus Acciones Divinas. Como Dios —el Omnipresente— se halla en todas partes en cada instante y realiza acciones innumerables más allá del poder que nuestras imaginaciones puedan concebir, es capaz de crear y hacer desaparecer millones de seres en un solo instante. Tal omnisciencia y omnipotencia pueden indudablemente ver, administrar y gobernar los hechos, dar y tomar vidas, de tantas personas como el número de diminutas partículas se encuentran en el universo entero, en el mismo instante, aunque algunos desventurados ateos puedan rechazar en creer.
Sea Dios o Azrail quien captura las almas, cada alma cuyo instante y hora de la muerte ha llegado, regresa a Dios en su último momento y entonces es aprehendida. Podemos hacer este asunto más comprensible con una analogía. Supongamos que hay miles de receptores —semejantes a una radio—, que operan en la misma frecuencia. Si algún transmisor envía señales en aquella frecuencia, se oirán en todos los receptores. Del mismo modo, todos los seres viven dependientes del Creador Todopoderoso, el Generoso y cuando le piden algo, lo hacen a través de su pobreza, es decir, por sus necesidades, su impotencia indefensa. Y cuando el último minuto de su vida acontece y tornan hacia Dios comienzan a percibir las señales de la muerte. Si un ser humano débil e impotente puede establecer contacto con otros, a cientos de kilómetros con el simple hecho de presionar un botón, ¿por qué no podrá el Creador Todopoderoso, libre de toda nuestra debilidad, impotencia y carencias, controlar las almas, cada una de las cuales es, en cierto sentido, una máquina viviente? ¿Por qué no podrá hacerlas empezar y finalizar en su funcionamiento a todas en el mismo instante?
Resumen
- Es Dios el Que concede y quita la vida. Azrail no es más que un agente encargado de supervisar, administrar y elogiar la obra de Dios.
- Al realizar su misión, Azrail actúa sólo con el permiso y la aprobación de Dios.
- Ya que un gran número de los ángeles administran tareas en el universo como representantes de las Autoridades Divinas, del Poder y Voluntad, hay muchos ángeles que pueden ayudar a Azrail con su trabajo. Son clasificados según sus misiones. Algunos de ellos aprehenden la vida de las personas sin causarles ninguna angustia o dolor —realizan su misión pacíficamente—. Después de que las almas han sido capturadas, otros ángeles —inmediatamente y de una sola vez— llevan las almas ante la Presencia Divina, y así hasta la eternidad. El Corán se refiere a todos ellos: Por los ángeles, dotados de la fuerza de desarraigar enérgicamente las cosas de sus bases, por todo lo dotado de la fuerza de extraer las cosas con suavidad y sutileza, por todo lo dotado de rapidez en el cumplimiento de sus funciones con facilidad y desenvoltura. (Sura An nazi’at 79:1-3)
De este modo existen diferentes ángeles enviados según la condición de la gente con la que tratarán. Todos ellos están bajo la supervisión de Azrail, y Dios les encomienda misiones de acuerdo a su bondad o maldad, su fortaleza o su debilidad.
Para concluir, podemos decir que el entendimiento que da pie a tales preguntas comienza con un pensamiento equivocado en el cual se compara a los ángeles con los seres humanos. Hemos indicado que los ángeles son completamente diferentes de los seres con forma física; no sólo respecto a su esencia y creación sino también a su misión y responsabilidades, los ángeles son completamente distintos al resto de criaturas. Pueden asumir formas diferentes (tamassul), encontrarse en numerosos lugares y realizar un gran número de cosas, como las almas humanas pueden hacer asimismo. Lo que es popularmente leído en nuestros días acerca de establecer contacto con los espíritus, la nigromancia y otros esfuerzos parecidos para comunicarse con lo Oculto, son pruebas claras de los elementos metafísicos que operan en el universo físico. Los ángeles, como seres superiores a estos elementos, pueden actuar y realizar su misión de una manera superior a todos los demás seres. Y seguramente, en el momento de la muerte, cuando la gente comparte la misma «frecuencia» con los ángeles, un ángel puede tratar con miles de personas en ese mismo instante. Por último, debemos recordar que el ángel de la muerte no es uno; mejor dicho, hay innumerables ángeles designados para tomar las almas, y cuando consideramos que hay un ángel para cada muerte individual, no queda ningún punto adicional que genere dudas expresadas en la pregunta.
Dios es el Que sabe mejor.
[4] Muslim, Zuhd, 10; Musnad, 4/168.
[5] Bujari, Manaqib, 22; Muslim, Fadail al-Sahaba, 100.
[6] Ibn Sa‘d, Tabaqat, 2/121
[7] Muslim, Yihad y Siyar, 58, Ibn Kasir, Tafsir, 3/560-561.
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