Argumentos para la Resurrección
La sabiduría universal demanda la Resurrección. Allah es absolutamente libre en Sus actos. Hace lo que quiere y nadie puede llamarlo para que explique lo que hace. Sin embargo, Él es Totalmente Sabio y actúa con absoluta propósito y sabiduría. Nunca se esfuerza en vano y hace algo que es frívolo o sin sentido.
Cuando un hombre se mira a sí mismo y medita sobre su naturaleza, su identidad y estructura física y espiritual, cuando estudia su cuerpo con todas sus partes hasta las células, verá que ha sido creado para ciertos propósitos importantes y ni siquiera hay un solo átomo inútil en su estructura. Como el hombre, el normo-universo, el universo, que es el ser humano, manifiesta grandes propósitos e innumerables ejemplos de sabiduría en todas sus partes. No hay nada sin sentido e inútil ni siquiera del tamaño del ala de un mosquito.
El hombre tiene un lugar único entre la creación. Cualquier cosa que esté en el universo, Allah ha colocado algún aspecto de ella en la creación del hombre. Con sus facultades mentales y espirituales representa el mundo angelical y otros espirituales como el de los símbolos o las formas inmateriales. Lo que es más, por la virtud de su capacidad innata para aprender y el libre albedrío con el cual está dotado, él tiene el potencial para sobrepasar incluso a los ángeles. Con su ser físico o biológico, representa a las plantas y los animales. Aunque contenido en el tiempo y el espacio, con sus facultades espirituales y otros poderes como la imaginación, va más allá del tiempo y el espacio. A pesar del valor incomparable e indescriptible del hombre entre las criaturas, algunos seres humanos mueren al nacer y otros mueren muy jóvenes. Además, el hombre desea la eternidad y una vida eterna, algunos de sus sentidos o sentimientos se satisfacen con nada salvo la eternidad. Si dejaran que fuera libre de elegir entre la vida eterna con los graves agobios y la falta de existencia eterna luego de una breve vida lujuriosa, muy probablemente preferiría la vida eterna con los agobios. Incluso preferiría la existencia eterna en el Infierno a la falta de existencia eterna. Allah, Quien es el Misericordioso y el Sabio, no condenó al hombre a la falta de existencia eterna. Ni le dio el deseo por la eternidad para que sufriera la angustia de un deseo de corazón imposible de satisfacer. Así la Sabiduría Divina requiere la existencia de un mundo eterno en donde el hombre vivirá eternamente.
El mundo no es suficiente para el juicio correcto del valor del hombre. Aunque, físicamente, él es un cuerpo pequeño, a través de sus facultades mentales y espirituales abraza a todo el universo. Sus actos no se relacionan sólo con el mundo visible y no puede restringirse por el tiempo y el espacio. Tiene una naturaleza tan universal que incluso los actos del primer hombre tienen efectos sobre la vida y el carácter del último hombre, durante toda la existencia. Restringir al hombre, como lo hacen los materialistas, a una entidad física y a una parte muy breve del tiempo y una porción limitada del espacio, es la peor insolencia hacia el hombre y una falta de desprecio hacia él. Las balanzas de este mundo no pueden pesar el valor intelectual y espiritual de los Profetas y sus logros, ni pueden pesar la medida de la destrucción causada por los individuos desafortunadamente notorios del mundo como Faraón, Nerón, Hitler, Stalin, y otros semejantes. Las balanzas de este mundo no pueden pesar el verdadero valor de una creencia sincera y de las cualidades morales. ¿Con esto puedes recompensar a un mártir que se ha sacrificado a sí mismo, a su mundo, por su Allah, por los otros o por algunos valores humanos universales como la justicia y la sinceridad? ¿Con esto puedes recompensar a un científico creyente que se ha dedicado al servicio de la humanidad y creó un invento del cual toda la humanidad se beneficiará hasta el Último Día? Sólo son las balanzas del otro mundo, balanzas que pueden incluso pesar el peso del bien de un átomo y el peso del mal de otro, esto sí lo puede hacer. Establecimos una balanza justa para el Día de la Resurrección. Deesta manera, ninguna alma será tratada injustamente. Aunque tenga el peso de un grano de mostaza, Nosotros la daremos a luz para que la pesen; y Nuestro cálculo será suficiente (21:47). Supongamos que no había nada más que requería la Resurrección, la necesidad de los actos del hombre al estar pesados solamente requerirían que se establezca un balance infinitamente justo y sensitivo.
Allah no está obligado a hacer nada. Hace lo que desea y actúa a pesar de lo que quiere. No obstante, partiendo del hecho innegable de que cualquier cosa que hace, la hace por ciertos propósitos, podemos llegar a la conclusión de que Su Sabiduría universal requiere la Resurrección. ¿Es concebible que el Ser Majestuoso, que manifiesta la Soberaníade ser el Señor en el orden, la proposición, la justicia y equilibrio prevalecientes en todo el universo, desde los átomos hasta las galaxias, no demuestre Su favor hacia aquellos creyentes que buscan la protección de Él, su Señor y Soberano, que cree en Su Sabiduría y Justicia y actúa en conformidad con ellos a través de la adoración? De nuevo ¿es concebible que no deba castigar a aquellos impúdicos que, negando Su Sabiduría y Justicia, se vuelven en Su contra con una insolencia rebelde? Ya que, en este efímero mundo, apenas una milésima parte de Su Sabiduría y Justicia están establecidas con respecto al hombre, es cierto que están diferidas. Pero la mayoría de los extraviados parten de este mundo sin ser castigados, y la mayoría de los guiados parten sin ser recompensados. Tales asuntos, seguramente, son diferidos a un tribunal supremo, un último contento.
Está claro que Quien administra este mundo lo hace de acuerdo a una infinita sabiduría. ¿Necesitas convencerte? La prueba está en la manera que el uso y el beneficio en todas las cosas están manifiestos. ¿No has visto para cuántos propósitos sabios sirve cada miembro, hueso y vena en el hombre, por cada célula de su cerebro, cada partícula de cada célula en su cuerpo? En verdad, los propósitos son tan numerosos como los frutos de un árbol, que confirma que todo está arreglado de acuerdo a la infinita sabiduría. Una prueba mas es el absoluto orden en la manera de hacer las cosas.
En suma, hay propósitos universales para la existencia terrenal del hombre. Como se declara en el Corán, ¿Consideraste que sólo te creamos en vano, y que a Nosotros no tendrás que volver? Así que, exaltado sea Allah (de esforzarse en lo que es en vano), el Soberano, la Verdad. No hay dios más que Él; el Señor del Noble Trono (23:115-16), el hombre no ha sido creado por puro juego o deporte. La sepultura, la falta de existencia eterna, no es la meta de su vida. Ha sido creado para otra vida eterna en donde todos sus actos lo prepararán para un mundo muy grande y eterno lleno de hermosuras y bendiciones eternas o males y perversidad.
La misericordia y munificencia divinas requieren la resurrección. Vemos en el mundo que cuanto más necesitada y desamparada esté una criatura, mejor es alimentada. Por ejemplo, durante las primeras etapas de la vida, un ser humano es nutrido de la mejor manera y sin esfuerzo antes e inmediatamente después de su nacimiento. Mientras se vuelve un adulto consciente de su fuerza y facultad de la voluntad personal comienza a encontrar sus necesidades con grandes dificultades para ganarse la vida.
Similarmente, los animales como los lobos y los zorros, que confían en su poder y astucia, apenas son alimentados a pesar del esfuerzo y el trabajo arduo que conlleva, mientras que los gusanos de las frutas viven del mejor alimento y de una manera muy cómoda. Las plantas, una especie de criaturas incapaces de moverse, toman su alimento preoperado sin ningún esfuerzo. Todos estos ejemplos, juntos con muchos otros, claramente demuestran que hay Alguien absolutamente Misericordioso y Dadivoso, que gobierna todas las criaturas, las sostiene o las mantiene.
Allah es eterno, así son Su Misericordia y Munificencia. Un Eterno que se manifiesta Solo eternamente y requiere la existencia de los seres eternos. Su Misericordia y Munificencia eternas demandan manifestación eterna y por lo tanto seres eternos en quienes conferirá Sus generosidades eternamente. Sin embargo, el mundo actual, predominantemente material está destinado a perecer: la muerte de millones de criaturas vivas cada día, la extinción de numerosas vidas, es el indicativo del final de este mundo, la muerte en general. Además, el mundo material no puede recibir las manifestaciones de los Nombres y Atributos Divinos en toda su amplitud. También, los seres vivos tienen que hacer mucho esfuerzo y luchar a través de muchos agobios y dificultades para mantenerse por sí mismos. Para los seres humanos en particular, es imposible gratificar todos sus deseos y apetitos. Tales cualidades como la juventud, la belleza, y la fuerza, sobre las cuales un hombre coloca su corazón, lo abandonan sin siquiera decirle adiós y dejan detrás grandes dolores, causándole dolor. También, para obtener, digamos, un racimo de uvas, tiene que hacer cierto esfuerzo. Sería claramente un dolor, incluso un insulto y una burla, detener eternamente la nutrición después de que la hayan probado aquellos que necesitan el alimento. Para que una bendición sea realmente una bendición, debe ser constante. Sin una vida eterna, en la que el hombre será capaz de gratificar todos sus deseos eternamente, todas las generosidades y bendiciones que Allah Todopoderoso confiere al hombre en este mundo se convertirán en penas y dolores. Por lo tanto, luego de su destrucción general, Allah convertirá al mundo en uno eterno que sea capaz de recibir las manifestaciones de Su Misericordia y Munificencia sin ninguna obstrucción, en la que el hombre pueda satisfacer todos sus deseos eternamente.
La Piedad y el Cuidado Divino requieren la resurrección. Es a través de la Piedad y el Cuidado Divinos que las heridas, los corazones y sentimientos heridos son curados. Sin esta Piedad y Cuidado, no podrías detener el sangrado de una herida. Es esta Piedad y Preocupación que hace que un paciente se recupere, que se detengan los dolores de la separación, y se conviertan las penas y los dolores en alegría y placer. La Piedad y el Cuidado mismos llevan la ayuda a los hombres y animales en todas las etapas de sus vidas, especialmente antes y después de su nacimiento. En su etapa de embrión, los úteros de sus madres se convierten en hogares bien protegidos para ellos, en donde son nutridos directamente a través de sus úteros sin tener nada que hacer solos, y luego de su nacimiento, la Piedad y el Cuidado Divino envían el mejor alimento en la forma de leche materna imposible de sustituir con cualquier otra cosa. Además, todos los sentimientos de piedad y preocupación compartidas por todos los padres y madres son una sola manifestación de la Piedady el Cuidado Divinos.
La Piedad y el Cuidado Divinos abarcan todo el universo, pero encontramos en el mundo numerosas heridas y sentimientos heridos sin curar y numerosos casos de enfermedades incurables. Innumerable seres vivos sufren hambre, sed y pobreza. Como en el caso de la Misericordia y Munificencia Divinas, el mundo material también es incapaz de recibir todas las manifestaciones de la Piedad y el Cuidado Divinos. Especialmente la incapacidad de los hombres para recibir esas manifestaciones, además de las injusticias de muchos y el mal uso de sus habilidades innatas, interviene entre los seres y las manifestaciones de la Piedad y el Cuidado Divinos. Sobre todo, la muerte es el destino de todos los seres vivos; nada más que la creencia en el otro mundo eterno puede detener los dolores que despiertan en los corazones.
El Mensajero de Allah, que la paz y las bendiciones estén con él, una vez estaba sentado en la Mezquita cuando algunos prisioneros de guerra fueron traídos ante él. Una mujer que estaba buscando algo con gran ansiedad llamó la atención del Mensajero. Cuando ella vio que era un niño, la mujer se lo quitó de su pecho y lo dejó. Debía haber estado buscando a su hijo. Al final lo encontró y lo abrazó, presionándolo contra su pecho y acariciándolo con un gran afecto. Esto hizo que el Mensajero rompiera en llanto y señalando a la mujer, le preguntó a sus Compañeros a su alrededor:
« ¿Ves a esa mujer? ¿Arrojó a ese niño en sus brazos dentro del Infierno?« ¡No!», respondieron los Compañeros, y el Mensajero, agregó: «Allah es mucho más compasivo que esa mujer. No arroja a Sus sirvientes dentro del Infierno (a menos que los sirvientes lo merezcan absolutamente23».
El otro mundo es el mundo en donde la Piedady el Cuidado Divinos serán manifestadas completamente sin ninguna intervención y sin permitir dolores y penas.
La Justicia y el Honor Divinos demandan la Resurrección. Los Nombres y los Atributos de Allah son todos absolutos y eternos. Como Él es absoluto y eternamente Misericordioso, Aplacador y Perdonador, así como absoluta y eternamente Poderoso, Justo y Solemne. Aunque Su Misericordia abraza todas las cosas (7:156) y, como se declara en un hadiz, «excede Su ira», que algunas personas cometen crímenes y pecados tan grandes (como la no creencia y el asociarle compañeros a Allah) y lo que es debido para ellas sólo puede ser el castigo eterno. Además, a pesar de la Divinadeclaración de que cualquiera que mate a un ser humano injustamente, es como si matara a toda la humanidad(5:32), especialmente en un mundo como el de hoy en donde podría aplicarse muy bien esta regla, donde miles de personas inocentes son asesinadas casi todos los días y muchas otras son agraviadas y privadas de de sus derechos humanos básicos, y peor todavía, muchos de los pecados e injusticias más abominables continúan sin ser castigados. Cuando llega la muerte, esta no discrimina entre los oprimidos y los opresores, los inocentes y los criminales, entre los que están libres de pecado y los pecaminosos. Esto significa que, como es en el caso de este mundo en donde los pequeños crímenes se juzgan en pequeñas cortes mientras que los grandes son remitidos a tribunales supremos, los crímenes y pecados tan grandes como la no creencia y el asociarle compañeros a Allah y el asesinato y la opresión, son pospuestos para un día cuando Allah los juzgue con Su absoluta Justicia.
Seguramente llegará un día en el que aquellos que le dieron las gracias a Allah correspondientes a Él sean recompensados, Coman y beban para alegría de sus corazones por lo que hicieron en los días pasados (69:24) y ¡Que la paz esté con vosotros! Lo han hecho bien. Entren aquí para vivir eternamente (39:3), en un lugar en donde Allah ha preparado para ellos las cosas que los ojos jamás vieron, que los oídos jamás oyeron, y ninguna mente jamás concibió.
Mientras que los otros que mancharon el mundo con la sangre que derramaron y los pecados que cometieron, serán arrojados al Infierno con el grito: Entren (a través) de las puertas del Infierno para vivir allí eternamente: ¡qué mala residencia para el arrogante! (39:72)
La gracia y la generosidad divinas requieren la Resurrección. Un santo le pregunta a Harun al-Rashid, uno de los califas Abasidas:
«Si necesitaras desesperadamente una copa de agua, ¿abandonarías tu reino a cambio de ella?» Responde Harun que sí, lo haría. «Si no pudieras descargarla de tu cuerpo, ¿otra vez darías tu reino a cambio de ser capaz de descargarla?» Otra vez responde Harun. «Sí, lo haría». El santo concluye: « ¡Entonces, toda tu riqueza y tu reino consiste en una copa de agua!».
Somos provistos de cualquier cosa que necesitamos. Cuanto más sea necesario algo para la vida, más abundante y barato es en la naturaleza. Lo que más necesitamos es el aire y no damos a cambio nada. Luego llega el agua, también por nada. Allah la envía desde Su infinita Misericordia. No tenemos ninguna parte o contribución para su formación. Luego, necesitamos desesperadamente el calor y la luz, y el Sol nos los envía otra vez por nada. Con respecto a las otras generosidades con las que somos bendecidos, son extremadamente baratas. (¡Pobre hombre! ¡Está ciego a todos estos actos milagrosos de Allah y reclamar ver un milagro para creer en Allah!) Cualquier cosa que hagamos para conseguirlas, sólo requiere hacer un poco de esfuerzo. Sin embargo, si todas estas generosidades no se nos fueran a dar eternamente y de una manera mucho mejor, el miedo a la muerte las transformaría en veneno cuando tomáramos un bocado, un sorbo o una molécula de ellas.
Gracias al ser eterno de Allah con todos Sus Nombres y Atributos, nos proveerá eternamente y sin pedirnos hacer ningún esfuerzo con formas siempre mejores de todas las generosidades que nos entrega aquí en este mundo, y de esta manera no transforma Sus bendiciones en las penas a causa del miedo a la muerte, y hace que esta sea un cambio de mundos, una descarga de los deberes terrenales, una invitación a la residencia eterna que Él ha preparado para nosotros, y un pasaporte para ir a esa residencia.
La belleza divina requiere la Resurrección. Escucha el canto de los pájaros en un mañana primaveral, o el murmullo de un arroyo que fluye por los campos verdes o los profundos valles. Mira la belleza de las llanuras verdes espectaculares y los árboles en floración y observa la salida o la puesta del sol y la luna llena en una noche sin nubes y clara. Todos estos espectáculos juntos con muchos otros que Allah presenta a nuestros sentidos, son sólo un reflejo de la Belleza absoluta y eterna de Allah manifestada a través de muchos velos. Observando tales manifestaciones de Su Belleza, a través de las cuales Él quiere hacerse conocer antes nosotros, entramos en éxtasis.
Cualquiera de las bendiciones que no son eternas dejan dolores insoportables en nuestros corazones a través de su desaparición. Si la primavera que ha pasado no llegara otra vez el siguiente año, suspiraríamos por ella hasta morir. Así que, la verdadera bendición es aquella que es eterna. Ese es el porqué de que Allah, el Eternamente Hermoso, nos muestre en el mundo sólo las sombras de Su Belleza para despertar en nosotros un deseo por Sus manifestaciones eternas y perfectas. Lo que es más, nos permitirá alguna forma de verlo en el Paraíso de una manera libre de cualquiera de las medidas o dimensiones cualitativas y cuantitativas: En ese día habrá rostros brillantes, mirando fijamente a su Señor (75:22-3).
La relación mutua y armoniosa entre las cosas y el hombre es un indicativo de la Resurrección. Hay una relación básica entre el hombre y el mundo exterior. Cuando un hombre llega al mundo, se encuentra envuelto por un medio ambiente amigable. Nació equipado con sentidos y hay cosas en el mundo exterior para ser sentidas por él. También, tiene sentimientos como la compasión, la piedad, la preocupación, el amor, y hay muchas cosas en el mundo para que sean amadas, para preocuparse por ellas y sentir piedad. Siente hambre y sed, frío y calor. Afortunadamente, encuentra las cosas con las que remediará su hambre y sed y con las que se calentará y enfriará preparadas de antemano o de una forma que pueda obtener con un mínimo esfuerzo.
Como un ejemplo, tomemos una manzana. Con su color y belleza, acude a nuestros ojos y nuestro sentido de belleza. Con su sabor, se dirige sola a nuestro sentido del gusto. Con sus vitaminas, nutre nuestro cuerpo. A pesar de nuestra necesidad por sus nutrientes, si fuera algo feo y soso, estaríamos disgustados con ella y privados de su nutrición.
Todo esto, junto con muchos otros hechos «naturales», demuestra claramente que hay Alguien que ha creado al hombre y preparado el medio ambiente para él, y que Alguien tiene Conocimiento y Poder infinitos. Conoce al hombre con todas sus necesidades, capacidades, y cualidades, como conoce la «naturaleza» hasta sus elementos de construcción más diminutos que son los átomos, partículas o quarks.
Como otro ejemplo, la reproducción depende del amor y la atracción mutuos entre los sexos. Si Allah, el Único Que ha creado al hombre y preparado el medio ambiente para él, no hubiera colocado en el hombre y la mujer el amor por el otro y la atracción mutua, y si no les hubiera dado la paga de la reproducción por adelantado como placer sexual, y si no hubiera inculcado en ellos un gran amor y preocupación por su prole, la humanidad nos e hubiera reproducido y se hubiera extinguido, consistiendo sólo del primer hombre y mujer.
La muerte pone un fin a todos los placeres y hace a todo como si nunca hubiera existido. Entonces, si no fuera por la Resurrección, esta vida sería reducida a un juguete sin sentido, dejando detrás los sufrimientos y dolores. Sin embargo, este mundo es una miniatura ensombrecida del otro, del eterno. Las generosidades que Allah nos entrega aquí son sólo ejemplos de sus formas eternas y mucho mejores en el mundo eterno. Allah nos la concede para estimularnos a actuar para merecerlas. El Corán declara:
Da noticias alegres a aquellos que creen y hacen actos buenos. Para ellos habrá Jardines bajo los cuales fluyen ríos. Cada vez que se les sirva frutas allí dentro, dirán: "¡Esto es lo que se nos dio previamente!" Serán dados en perfecta semejanza. Y habrá cónyuges puros para ellos, y habitarán allí para siempre (2:25).
También, todas las alegrías, bellezas, actos de recompensa, y ejemplos de felicidad en este mundo señala sus formas perfectas y eternas en el Paraíso, mientras que los dolores, castigos, y ejemplos de fealdad y tristeza son una señal de sus gustos en el Infierno. En realidad, Allah construirá el otro mundo con el volumen material de este, que el Infierno hará apropiado para ese propósito a través de las agitaciones del Día del Juicio Final. De esta manera, la interrelación entre las cosas en el mundo, entre este y el otro decisivamente señala la Resurrección.
El registro y la preservación en el mundo señalan la Resurrección. Nada desaparece por completo del mundo. Mientras cada palabra y acto del hombre se pueda registrar en cintas y preservarse, ¿por qué no deberíamos ser capaces de comprender que Allah registra las palabras y los actos de la humanidad de alguna manera, que aún, no nos es conocida?
Los avances en las ciencias y la tecnología suministran cada día alguna nueva evidencia para la existencia y Unidad de Allah y afirma, junto con el origen Divino del Corán, la verdad de los dogmas Islámicos de la creencia. Esto es, en realidad, lo que declaraba el Corán hace siglos: Les mostraremos Nuestras señales en el mundo exterior y dentro de ellos hasta que se manifieste ante ellos que (el Corán) es la verdad. ¿No es suficiente tu Señor, ya que Él atestigua sobre todas las cosas? (41:53).
Si uno es sincero en la búsqueda por la verdad y tiene el «poder de visión» para ver la verdad tal cual es, si uno no está cegado hacia la verdad por los prejuicios, la ignorancia, las metas y deseos mundanos, cada nuevo avance en las ciencias manifiesta la verdad del Corán. Vemos en el Universo que Allah encierra todo en cosas tan pequeñas como las semillas. Un hombre, toda la información que lo describe (su código genético) se encuentra en un espermatozoide, exactamente en sus cromosomas que suman 46. Si tuviera 44 o 48 cromosomas, no 46, se transformaría en un ser completamente diferente. Similarmente, cuando ha desaparecido en la Tierra después de la muerte, de nuevo, la parte mas esencial de él, que tiene el significado de su existencia como una semilla la tiene para una planta, no desaparece, y Allah lo reconstruirá durante la Resurrecciónen esa parte. Allah preserva todo y no permite que desaparezca para siempre. Por ejemplo, cuando una planta se marchita en el otoño o el invierno, continúa viviendo en innumerables recuerdos, como sigue viviendo a través de sus semillas para volver a la vida la siguiente primavera.
Precisamente como Allah preserva las cosas en sus semillas, así también preserva los sonidos, las voces, las apariencias y las visiones en «cintas» u otros mecanismos para desplegarlos en el otro mundo. ¿Quién sabe que pueda llegar el día cuando estos sonidos y visiones sean descubiertos mientras todavía estemos en este mundo?
Recuerdo que una vez leí sobre un experimento llevado a cabo por un científico para descubrir a un asesino. Las personas sospechosas fueron traídas una por una bajo el árbol en donde se había cometido el crimen. El árbol que no mostraba nada inusual hasta que fue traído el asesino debajo de él, comenzó a mostrarlo en su presencia. De alguna manera, la postura o actitud, cualquier cosa que el asesino había desplegado durante el crimen se había grabado en el árbol. De esta manera, Allah, Que preserva a un hombre en un espermatozoide, una planta en sus semillas, y una gallina en un huevo, y hace que se manifieste eso, registra todo en cintas invisibles para facilitarle al hombre registrar y preservar los sonidos y las imágenes, no dejará al hombre, a quien ha hecho la muestra más noble y perfecta de la existencia, a sus propios mecanismos, o dejará que desaparezca su registro; más bien, lo traerá de vuelta a la vida en un mundo diferente y eterno.
El poder divino prueba la Resurrección. Consideremos un átomo en una molécula. Cómo está hecho y cómo mantiene sus relaciones con los otros átomos es un milagro asombroso. Asimismo, el sistema solar que comprende al Sol y los planetas se asemeja a un átomo: crear átomos y regular sus movimientos no es más fácil de ninguna manera que crear el sistema solar y establecer las relaciones entre los planetas, entre ellos y el sol. Similarmente, una célula es como un gobierno autónomo: tiene departamentos propios—, cada uno está interrelacionado con los otros y opera bajo la regla de uno central—el núcleo—. También tiene un ministerio de finanzas que maneja sus ingresos y gastos— la mitocondria—. Es como si cada una de las células que comprenden el cuerpo de un hombre, que suman 60 millones de millones, tuviera la capacidad intelectual del miembro más inteligente de la humanidad. Además, hay relaciones muy cercanas y sustanciales entre las células de un hombre, que operan bajo la regla de un único centro, que es el cerebro.
Esto son solamente unos ejemplos para entender el Poder del Creador, para el que nada es difícil, para el que crear y administrar todo el Universo es igualmente tan fácil como crear y administrar un solo átomo. Si toda la humanidad, que es la más inteligente de las especies de la creación, se reuniera para crear un solo átomo, no podría hacerlo. Así que, si ese Ser, el absolutamente Poderoso, ha prometido que destruirá el Universo y lo volverá a construir de una forma diferente, seguramente es muy capaz de hacerlo y lo hará. Pero alguien que no mantiene su palabra es porque es un mentiroso o incapaz. Sin embargo, Allah Todopoderoso es absolutamente capaz de hacer cualquier cosa que quiera, de prometerlo, y no miente en absoluto. Está absolutamente libre de cualquier defecto. Así que, Mantendrá Su palabra y volverá a crear al mundo luego de su destrucción total. El Día de la Decisión y el Juicio Finales es un tiempo fijado, un día cuando la Trompetasea tocada, y lleguen en multitudes, y el cielo sea abierto y se convierta en puertas (78:17-19).
La muerte y el renacimiento en el mundo indican a la Resurrección. Una muerte y un renacimiento global se repiten cada año en el mundo. En el invierno, un «sudario» blanco cubre la tierra cuyo ciclo de vida anual ya ha terminado en el otoño. La naturaleza ya se ha vuelto pálida por los rastros de la vida que son cada vez menos. La cáscara de las semillas han caído y, últimamente, los árboles no tienen vida como huesos duros. La hierba se ha podrido, las flores marchitado, los pájaros migratorios se han ido y los insectos y reptiles desaparecido.
Sin embargo, la época invernal no es eterna, es seguida por un renacimiento general sobre toda la tierra. Cuando el clima se calienta, los árboles comienzan a florecer y, llevando sus adornos, se presentan ante el Testigo Eterno. El suelo se hincha y la hierba y las flores comienzan a irrumpir en nosotros por todas partes. Las semillas que cayeron en la tierra en el otoño anterior han germinado y, habiéndose aniquilados ellas mismas, se han puesto en marcha para convertirse en nuevas formas de vida. Los pájaros migratorios vuelven y la tierra pulula de incontables insectos y reptiles. En suma, con todo su esplendor y adornos, la naturaleza aparece ante nosotros.
Consideremos cómo sucede el acontecimiento de la fotosíntesis en los árboles: las hojas de estos son los pulmones y mediante la luz solar separan el dióxido de carbono en carbono y oxígeno. En otras palabras, el oxígeno es despedido y el carbono retenido y combinado con el hidrógeno del agua traído por la planta desde sus raíces. Por medio de la química, con estos elementos Allah elabora el azúcar, la celulosa y numerosos otros químicos, frutas y flores (todos con aromas, sabores, colores y formas diferentes, según la clase de planta o árbol). El mismo dióxido de carbono y el agua contribuyen al crecimiento de innumerables clases de frutos, cada uno de estos tienen un sabor diferente, claramente propio. Sin embargo aunque esto parezca un proceso simple, si toda la humanidad se reuniera para producir una sola fruta, una manzana o una cereza, por ejemplo, no sería capaz de hacerlo.
La respiración le cuesta a un árbol un alto gasto de energía. Sin embargo, a través de la misma respiración, tiene muchas veces más ingresos y la deposita, pues tuvo una larga noche antes de esto durante la cual la dirección de su respiración se invierte. Durante la noche, un árbol toma oxígeno y expulsa dióxido de carbono.
Consideremos qué resultados deliberados producen las acciones de un árbol inconsciente. Luego meditemos si es realmente concebible que algo completamente ignorante e inconsciente incluso de su propia existencia y que no disfruta de un poder de elección, es capaz de hacer cosas tan extensas como requiere un conocimiento, un poder y elección amplios. Así que, el Poder que adjunta propósitos tan significativos para un árbol y crea los medios de muchos resultados deliberados, seguramente no abandonará a sus propios mecanismos la fruta del árbol de la creación, a saber el hombre, y no lo condenará a la aniquilación eterna. Allah ha creado al hombre para muchos propósitos deliberados y, sin permitirle permanecer eternamente mezclado en la tierra, lo traerá de vuelta a la vida en un mundo eterno. Precisamente como preserva a una fruta en los recuerdos y a través de sus semillas, como regresa la semejanza de esta al verano siguiente luego de haberla promovido a un nivel más alto de vida en un cuerpo animal o humano, así también promoverá al hombre a un nivel más alto de vida en otro mundo siguiendo la destrucción total de este.
Allah creó el mundo mientras no había nada del mundo, y creó al hombre mientras no hay nada de él en el mundo. Trae juntos los bloques de construcción de su cuerpo desde la tierra, el aire y el agua y los hace un ser consciente e inteligente. ¿Hay alguna duda de que un constructor de máquinas que hizo una nueva máquina pueda poner y volver a poner en sus antiguas posiciones las piezas de esta después de haber sido hechas pedazos? O ¿es inconcebible que un comandante no pueda reunir al ejército que ha dispersado para que descanse, con la llamada de corneta? Análogamente, durante la reconstrucción del mundo tras su colapso total, Allah Todopoderoso, reunirá los átomos del hombre que ha mezclado en la Tierra y les concederá una forma de vida más elevada y eterna: Di: Viaja en la tierra y ve cómo Él originó la creación, luego Allah da a luz el último crecimiento. Seguramente, Allah es capaz de hacer todas las cosas. (29:20); y Mira las huellas de la misericordia de Allah (en la creación): cómo da vida a la tierra luego de su muerte. Seguramente Él es el más rápido de los muertos (de la misma manera), y es capaz de hacer todas las cosas (30:50).
Muchos otros fenómenos en el Universo señalan la resurrección. Un gran cuidado se demuestra, y muchos propósitos se unen, incluso para las cosas de apariencia más insignificante en el mundo. Por ejemplo, la celulosa es el tejido estructural que forma la parte principal de todas las plantas y árboles. A través de su elasticidad, le facilita a las plantas doblarse y protegerlas para que no se quiebren. Tiene un importante lugar en la industria del papel.
La digestión de la celulosa es muy difícil. Sólo las
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