La vida del Profeta prueba su misión profética y predice su Profecía
La vida del Profeta prueba su misión profética y predice su Profecía. Considerar los hechos siguientes:
• Los extraordinarios acontecimientos que sucedieron la noche en la que nació, el carácter diferente que demostró durante su niñez y las señales significativas que observaron los hombres de perspicacia en él, todo esto significaba que emprendería una gran misión en el futuro.
• Antes de su Misión Profética se oponía a la injusticia y participaba en las organizaciones como Hilf al-Fudul que fue establecida para defender a los desamparados y recuperar sus derechos usurpados.
• A pesar de su noble descendencia, nunca vivió con lujo sino creció como un huérfano bajo la protección de su abuelo y después de su tío. Aunque pudo haber ganado algo de dinero por los negocios comerciales que hizo antes de su matrimonio, solía gastar lo que tenía para mantener a los huérfanos, viudas y pobres y por lo tanto nunca vivió una vida rica y no tuvo partidarios poderosos.
• A pesar de la corrupción moral de su comunidad, vivió una vida extraordinariamente casta y perfectamente disciplinada. Durante su niñez, sólo dos veces intentó asistir a una pero en ambas ocasiones fue vencido por el sueño (Así no vio ninguna práctica impropia al que el Islam prohibiría después). Cuando tenía 25 años, se casó con Jadiya, una viuda respetada quince años mayor que él y nunca se volvió a casar hasta su muerte.
• La infancia y la juventud de Muhammad fueron un preludio de su misión profética. Hasta sus enemigos lo llamaban el «digno de confianza», porque todo el mundo aceptaba que era completamente veraz y honesto. La gente decía: «Si vas a viajar, puedes encomendar tu familia y tus bienes a Muhammad sin ninguna vacilación». Nunca mintió, nunca engañó ni rompió su palabra.
• La Kaba había sido en parte arruinada por la lluvia y las inundaciones resultantes. El Quraysh la restauró. Llegó el momento cuando la Piedra Negra tuvo que ser puesta otra vez en su lugar. Era un honor hacerlo para el individuo o clan ya que la Piedra Negra era reverenciada por su santidad. Para evitar un choque entre los clanes por conseguir ese honor, se pusieron todos de acuerdo en que arbitrara Muhammad. Les pidió que fueran a buscar un pedazo de tela, y que lo tendieran en el piso. Poniendo la Piedra Negra sobre él, les dijo a los jefes de los clanes que tomaran cada punta de la tela. De esta manera la Piedra fue levantada a la altura necesaria y luego él mismo la llevó y la puso en su lugar. Gracias a su sabiduría, el peligro de una guerra entre los clanes fue prevenido.
• Muhammad era iletrado. Durante toda su vida nadie lo instruyó y nunca fue influenciado por la cultura escrita de la época. Hacia sus cuarenta años, solía retirarse a la cueva de Hira. Un día salió de la cueva con un mensaje nuevo y completamente autntico para curar todas las heridas de la humanidad y retó a todos los genios literarios para que escriban algo semejante a su mensaje.
• Sus enemigos nunca lo acusaron de mentir o de engañar. Para evitar la difusión de su Mensaje, le llamaban poeta, hechicero o mago y algunas veces decían que estaba loco. A veces trataban de justificar su rechazo por algunos pretextos como: «¡Ojala este Corán hubiese sido enviado a uno de los grandes hombres de las dos ciudades (La Meca y Taif)!»
• Es inconcebible que un hombre de cuarenta años aceptado hasta entonces como veraz y honorable por una sociedad que carecía de la moral y de la imperfección intelectual, de repente empezara a mentir y engañar a su gente sin ser descubierto. Después de muchos años de guerra librada por motivos básicos, hasta sus enemigos más acérrimos como Safwan ibn Umayya, Abu Sufyan ibn Harb, Amr ibn al-As e Ikrima ibn Abi Yahl finalmente acabaron aceptando la verdad de su Mensaje.
Cuando empezó su misión profética su vida no cambió nada. También hay otros puntos ser considerados:
• Si el Profeta Muhammad hubiera tenido metas e intenciones egoístas, y si no hubiera sido un Profeta elegido por Allah para guiar a la gente hacia la verdad, ¿por qué esperó cuarenta años para reclamar su misión profética?
• Muhammad fue iletrado. Hasta los cuarenta años, nadie lo oyó pronunciar un discurso elocuente, hablar de los asuntos religiosos y metafísicos, formular leyes o manejar una espada. ¿Cómo podría haber cambiado tan repentinamente pasando de ser un hombre comedido, tranquilo y apolítico a uno de los grandes reformistas que jamás la historia ha conocido? Él explica los más intrincados problemas metafísicos y teológicos, por qué las naciones entran en decadencia y sucumben; proporciona leyes relacionadas con la cultura social, organizaciones económicas, grupos de conducta y relaciones internacionales; y se hace tan valiente que no se retira en ninguna guerra. Él cambió el modo de pensar, la visión del mundo, las creencias, las costumbres y la moral de su gente.
• El Profeta Muhammad armonizó y condensó muchos modelos de conducta y sus propias excelencias personales en una sola personalidad. Es un sabio y previsor, una personificación viva de sus propias enseñanzas; un gran hombre de estado y un genio militar; un legislador y maestro de la moralidad; una luz espiritual y un guía religioso. Sus enseñanzas regulan todo en nuestra vida desde las relaciones internacionales hasta el modo de comer, beber, dormir y la higiene personal. Su visión penetra en cada aspecto de la vida y no hay nada que lo roce o haga algo que no lo adorne. Él utilizó estas enseñanzas para establecer una civilización y cultura que produjo un magnífico equilibrio en todos los aspectos de la vida y del que no se ha encontrado prueba alguna de deficiencia o estado incompleto. ¿Qué supuestas deficiencias e imperfecciones deniegan su legítimo papel como Profeta y Mensajero de Allah?
• El Profeta Muhammad vivió como el más pobre de su comunidad. Usó todos sus recursos para divulgar el Islam. A pesar de su grandeza, se presentaba como la persona más humilde y sencilla. No esperaba ninguna recompensa material ni beneficios al respecto; no dejó ninguna propiedad para sus herederos y ordenó a sus seguidores que no guardaran nada por él ni por sus descendientes. De hecho, prohibió a su familia y a su progenie recibir zakat (limosna prescrita).Su conducta con la persona más humilde era como la que tenía de un familiar. En las luchas y esfuerzos de toda su vida no buscó ninguna recompensa o beneficio para su persona, ni dejó a sus herederos ninguna propiedad.
• El Profeta Muhammad era extremadamente misericordioso con todas las criaturas de Allah. En la Meca, las persecuciones persistentes le forzaron a emigrar a Medina. Sin embargo, cuando él finalmente conquistó La Meca sin derramar sangre después de cinco años de guerra, perdonó a todos sus enemigos incluso los hipócritas y no creyentes. Él sabía quienes eran los hipócritas pero ocultó sus identidades y así podrían disfrutar plenamente de los derechos de ciudadanía en los que estaban incluidos, de manera externa, la profesión de fe y su práctica.
• El Profeta Muhammad tenía mucho cariño por los niños. Cuando veía a un niño llorando, se sentaba a su lado y compartía sus sentimientos. Sentía el dolor de una madre por su hijo más que ella misma. Una vez dijo: «A veces cuando rezo quiero prolongarlo. Sin embargo, al oír el llanto de un niño acorto la plegaria por la ansiedad que la madre está sintiendo orando en la congregación». Tomaba a los niños en sus brazos y los abrazaba. Algunas veces los llevaba en los hombros. La compasión del Profeta no abarcaba solamente a los seres humanos, sino también a los animales. Nos cuenta la historia de una prostituta guiada hacia la verdad por Allah sólo por haberle dado a un perro que se moría de sed, mientras que otra mujer fue condenada a los tormentos del Infierno porque dejó que un gato se muriera de hambre.
• El Profeta Muhammad fue extremadamente dulce en sus relaciones con la gente. Cuando difamaron a su esposa Aisha, no castigó a los calumniadores después de que ella hubiera sido resarcida. Los beduinos frecuentemente entraban en su presencia y se comportaban descortésmente, pero él ni siquiera les fruncía el ceño.
• El Profeta era la persona más generosa y le gustaba repartir todo lo que tenía. Después de que Allah le concediera la Misión Profética él y su adinerada esposa Jadiya gastaron todo lo que tenían en el camino de Allah. Cuando se murió Jadiya eran tan pobres que tuvo que pedir préstamo para comprarle una mortaja.
• Según el Profeta, este mundo es como un árbol del cuyo sombra la gente disfruta durante un largo viaje. Nadie vive hasta la eternidad, así que la gente debe prepararse para la segunda parte del viaje: el Paraíso o el Infierno. Su misión fue guiar a la gente hacia la verdad usando todos los medios permisibles y así lo hizo: Una vez Omar lo vio yaciendo en una áspera estera ordinaria y dijo: «¡Oh Mensajero de Allah! Mientras que los reyes duermen en suaves camas de pluma, tú estás acostado sobre una estera ordinaria. Tú eres el Mensajero de Allah y por lo tanto te mereces más que cualquier otra persona una vida cómoda». El Mensajero le respondió: « ¿No estás de acuerdo con que (los lujos) del mundo sean suyos y los de la Vida Eternanuestros?»
El Islam no aprueba la vida monástica. Allah lo mandó para asegurar la justicia y el bienestar de la humanidad, y el Islam advierte a la gente contra el consentimiento excesivo. Es por eso que muchos musulmanes han elegido una vida ascética. Aunque los musulmanes generalmente se hicieron ricos después de la muerte del Mensajero los Califas Abu Bakr, Omar y Ali prefirieron la austeridad tanto por su inclinación como para seguir estrictamente el ejemplo del Profeta.
• El Profeta Muhammad era la persona más modesta. Mientras alcanzaba a rangos elevados, aumentaba en humildad y servidumbre hacia Allah. Prefirió ser un Profeta-esclavo a ser un Profeta-Rey. En la construcción de la Mezquitade Medina tras laHégira, llevaba dos ladrillos secados al Sol mientras que todos los demás llevaban sólo uno. En la excavación de la zanja alrededor de Medina para defender la ciudad en la Batalla de la Trinchera, los Compañeros ataron una piedra alrededor de sus vientres por el hambre y el Mensajero dos. Una vez cuando un hombre empezó a temblar de miedo por su apariencia impresionante, el Mensajero lo calmó, diciendo: ¡Hermano! No me tengas miedo. Soy un hombre, como tú, cuya madre solía comer pan. En otra ocasión una mujer mentalmente desequilibrada le agarró de la mano y le dijo: Ven conmigo y haz mis tareas domésticas. El Mensajero de Allah fue con ella e hizo el trabajo. Aisha nos informa de que el Mensajero remendaba su ropa, reparaba sus zapatos y ayudaba a sus mujeres con las tareas domésticas.
• Ali describe al Profeta así:
El Mensajero de Allah era la persona más generosa de la gente en la repartición, el más dulce y primero entre todos en paciencia y la perseverancia. Era la persona más verídica en el habla, la más amable y siempre era simpático en la camaradería y el más noble al respecto de la familia. Producía miedo al que lo veía por primera vez pero quien lo conocía bien fue atraído profundamente, y quien trataba de describirlo decía: «No conocí ni vi a nadie semejante al Profeta ni antes ni después de él».
Aparte de transmitir el Mensaje de Allah realizando la misión profética, ¿qué más puede haber conducido a Muhammad a llevar una vida tan austera?
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